La competición española de fútbol está altamente condicionada por las televisiones y esto se aprecia cada semana en los horarios y a principio de la temporada en el alto porcentaje que los ingresos por este concepto suponen en el presupuesto total de cada club. El esfuerzo de la organización ha sido cerrar alianzas con potentes empresas del sector audiovisual y generar un contenido de calidad de pago, dejando atrás sitios webs como Rojadirecta en los que los aficionados podían ver el fútbol sin pasar por caja. Los números evidencian la importancia de esta fuente de ingresos y justifican los esfuerzos por no dejar cabos sueltos.
LaLiga repartió en la temporada 20-21 un total de 1.417 millones de euros entre los clubes de Primera División, una cifra que supuso una reducción de un siete por ciento en relación al curso anterior, pero que supone igualmente el grueso de los ingresos entre las veinte entidades que conforman la máxima categoría del fútbol español.
Son varios y de distinta índole los factores que explican la vía de entrada del dinero y su reparto. Un contexto que, además, se ha visto alterado este año con la venta, por parte de LaLiga, del diez por ciento de los derechos a el fondo de inversión CVC. Un acuerdo que se prolongará durante los próximos cincuenta años y por el cual el organismo liguero ha ingresado 2.700 millones que ha repartido entre los clubes, de forma desigual. El motivo de esta operación es la extrema necesidad que la mayoría de clubes tenían de ingresar capital para poder confeccionar plantillas competitivas para los próximos años. Tres clubes no han firmado esta propuesta y se han quedado fuera del acuerdo: son Real Madrid, FC Barcelona y Athletic Club.
Respecto a la venta directa de los derechos de televisión de LaLiga, que corresponden a Primera y Segunda División, ésta se reparte entre Telefonica y Mediapro. La primera abona casi el noventa por ciento del pago, y tiene los derechos en exclusiva en España, que difunde a través de sus plataformas como Mitele Plus de Movistar y que vende a otras. Mediapro, por su parte, paga en torno a 150 millones de euros para tener los derechos del fútbol español en el extranjero.
La difusión de la marca LaLiga fuera de nuestras fronteras ha sido, precisamente, una de las metas puestas por el presidente de la patronal, Javier Tebas. Esta línea va encaminada a competir con la Premier en América y Asia, especialmente en este segundo continente. Tebas ha encontrado en el mercado asiático una vía de ingresos muy interesante y no quiere dejarla escapar, aunque ello atente contra la naturalidad y la historia de este deporte en España, en lo referente a los horarios. Y es que desde hace varios añose se fijan partidos a las 14:00 horas, tanto sábado como domingo, para que el público asiático pueda ver al menos un partido español en su ‘prime time’. El horario de las 16:15 también va encaminado en esa dirección. Si bien resulta difícil ver jugar a los grandes en el primer partido de la jornada, cada vez es más común que Real Madrid o FC Barcelona disputen sus partidos a la hora de la siesta.
¿Cómo llega este dinero a los clubes?
El reparto es claramente desigual y ese ha sido uno de los puntos de debate en medios de comunicación, si bien la realidad es que ha habido muy pocas quejas por parte de los clubes y estas han sido mínimas y aplacadas por el interés de la mayoría. LaLiga destina el 90 por ciento de los ingresos a los equipos de Primera y el 10 por ciento restante se reserva para Segunda. Respecto a la máxima categoría, el 50% se reparte de forma igualitaria entre los veinte clubes, mientras que la otra mitad se rige por criterios económicos y sociales.
De este 50% que queda pendiente de reparto, la mitad, es decir un 25% del total, se entrega teniendo en cuenta la clasificación final de cada equipo en las últimas cinco temporadas, en un cálculo que aporta más valor a los resultados más recientes. El número de abonados y el valor que cada equipo aporta a nivel de audiencias, entre otros conceptos, define el porcentaje de reparto restante.
Qué depara el futuro
El objetivo que se ha marcado Tebas en este concepto es el de disponer de una plataforma propia de retransmisión de los partidos. Esto implicaría saltar un paso y vender directamente el producto a los aficionados. Incluso en esta idea podrían entrar los torneos de eSports. ¿Funcionaría? Es evidente que el público español consume fútbol y que la costumbre de ver los partidos en el sofá de casa o en la barra de bar se ha consolidado. Pero también es cierto el hecho de que las plataformas actuales de distribución del fútbol están muy asentadas y completan su oferta con multitud de canales, series y películas.