La miel ha sido, durante años, considerada un alimento nutritivo, sabroso y muy saludable, además de un buen elemento de la medicina natural. Su consumo está recomendado para todos por igual, ya que no cuenta con efectos nocivos que sí pueden mostrarse en otros alimentos.
Desde la antigüedad, la miel natural se ha convertido en un producto de consumo humano muy demandado y querido. Actualmente, se pueden conseguir pocos productores de miel que puedan asegurar que es natural y sin conservantes, por lo que se recomienda revisar bien antes de comprar.
Se debe tener presente que la miel pura de abeja es natural, y su consistencia es espesa, sin diluir. Asimismo, lo mejor es preocuparse porque sea obtenida de manera responsable por apicultores cualificados y en las mejores condiciones para las abejas, animales indispensables para la obtención de este producto tan beneficioso para la salud.
Es muy nutritiva
La miel es uno de los productos naturales más nutritivos que hay. Tanto es así, que se calcula que una cucharada de miel (21 gramos aproximadamente) contiene 64 calorías, unos 17 gramos de azúcar, incluyendo fructosa, glucosa, maltosa y sacarosa; además, está libre de fibras, grasas o proteínas, y también, tiene vitaminas y minerales en cantidades pequeñas, así como antioxidantes.
Todo esto el organismo lo aprovecha para su nutrición, ayudando también a cuidar de la salud del cuerpo, gracias a sus propiedades medicinales.
Ayuda a reducir el colesterol malo
Siendo un riesgo bastante alto para el sistema cardíaco, el colesterol malo o LDL, debe mantenerse controlado y en niveles bajos que eviten problemas. En este caso, ciertos estudios han demostrado que la miel ayuda con la reducción de los niveles de este tipo de colesterol.
Igualmente, los estudios han determinado que la miel de abeja natural también tiene efectos en el colesterol HDL o colesterol bueno, haciendo que suban sus niveles y permitiendo que la salud cardíaca de las personas se mantenga equilibrada para tener una vida saludable.
Ayuda a curar quemaduras y lesiones de la piel
Los egipcios fueron los primeros en descubrir los efectos, en modo empírico, que tenía la miel sobre algunos tipos de heridas. En la actualidad, la ciencia ha demostrado que no se equivocaban y que la miel puede ser muy buena para ayudar a que se recuperen los tejidos dañados de la piel, especialmente en caso de quemaduras y lesiones leves.
Este remedio, que parece tan simple, ha demostrado su efectividad, incluso en el tratamiento de úlceras de personas con diabetes en el pie, siendo muy beneficiosa en casos serios, llegando a prevenir amputaciones gracias a su efecto regenerador.
En casos de otras enfermedades, como las hemorroides, herpes o psoriasis, la miel también ha demostrado ser ideal para ayudar a su mejoría, lo que le ha permitido a muchas personas hacer su vida normal sin problemas.
Cabe señalar que la miel es muy buena para nutrir la piel, al mismo tiempo que la regenera, lo cual ocasiona que el tejido nuevo se mantenga saludable y pueda obtenerse una buena recuperación.
Reduce la tos
La tos puede llegar a ser un molesto problema respiratorio presentado tanto en niños como en adultos. En algunos casos, se puede deber a la resequedad de la garganta, siendo la miel una buena forma de hidratarla y permitir el flujo del aire sin problemas.
Además, unido a productos como el limón, puede mejorar mucho sus efectos, sobre todo en caso de resfriados o gripes.
Sin embargo, la miel no debe ser consumida por niños menores de 1 año, ya que puede llegar a causar botulismo. Esto es importante tenerlo presente, dado que no será un remedio recomendable para ellos.
Por ser un producto 100% natural, la miel de abeja cuenta con componentes que son muy saludables para el ser humano. No obstante, muchas personas se preocupan por el buen trato a estos animales, siendo necesario contar con miel envasada que sea recolectada con responsabilidad y cuidado para las abejas.