Agence France-Presse23 de septiembre de 2021 1:32:43 PM IST
La enfermedad de Alzheimer, la forma más común de demencia, se caracteriza por un daño cerebral que puede causar una devastadora pérdida de memoria y cambios de comportamiento. Afecta a unos 30 millones de personas en todo el mundo.
Décadas de investigación no han producido una cura, una prevención o un tratamiento fiables.
En el Día Mundial del Alzheimer, el especialista Bruno Dubois dijo a la AFP por qué uno de los caminos más prometedores para el tratamiento depende del diagnóstico temprano.
Los siguientes son extractos de la entrevista:
¿Qué tan cerca estamos de un tratamiento eficaz?
La clave es hacer un diagnóstico lo antes posible, porque estamos casi seguros de que tendremos medicamentos que funcionarán mejor cuanto antes se receten.
Estos tratamientos funcionan en las lesiones asociadas con la enfermedad de Alzheimer, pero solo son efectivos en la primera etapa de la enfermedad. Cuando un paciente tiene síntomas avanzados, es demasiado tarde, no podemos deshacer el daño ya hecho.
¿Cómo se puede detectar el Alzheimer antes de que aparezcan los síntomas?
Una vía prometedora para el diagnóstico temprano es la detección de biomarcadores, firmas biológicas de las lesiones causadas por la enfermedad.
Antes, necesitábamos imágenes cerebrales sofisticadas o punciones lumbares para detectarlas. Hoy en día, los análisis de sangre están empezando a dar resultados prometedores (en grandes cohortes), aunque todavía no son fiables a nivel individual.
Pronto podremos identificar a las personas en riesgo que no presentan síntomas pero tienen lesiones. Esta sigue siendo un área de investigación activa.
¿Es este método por sí solo suficiente para diagnosticar a alguien?
No. No estamos preparados para utilizar estas técnicas en la práctica clínica.
La presencia de lesiones no significa necesariamente que la enfermedad se desarrollará, por lo que existe un alto riesgo de ver a todos los pacientes con lesiones como potencialmente enfermos.
No queremos exponer a las personas a medicamentos potencialmente peligrosos para prevenir una enfermedad que tal vez nunca contraigan. Puede destruir la voluntad de vivir de una persona diciendo que tendrá Alzheimer, cuando en realidad es posible que nunca la tenga.
Para un paciente mayor, digamos 75, con problemas de memoria confirmados por pruebas, que se desorienta con el tiempo o en un nuevo vecindario, y que no puede recordar eventos recientes, en este caso se justifican las pruebas biológicas para detectar lesiones.