El tantra es una corriente milenaria que procura equilibrar las energías, con el propósito de conseguir un nivel sensorial elevado. Este legado milenario de la cultura budista ha generado técnicas que permiten llegar a un nivel superior del erotismo y la paz mental.
Las tácticas del tantra se remontan a más de 4.000 años, derivadas del budismo tibetano que ayudan a la meditación, además de alcanzar un nivel de erotismo y placer superior. El masaje tántrico o yoga sexual es un regalo que por milenios se mantuvo vivo en la cultura asiática.
Maestros del hinduismo y el budismo han compartido sus técnicas de relajación, meditación y canalización de energía, con el mundo entero, superando el secretismo y los prejuicios. En países de occidente el masaje tántrico se ha popularizado gracias a los múltiples beneficios que genera y en Perú se consiguen sitios especializados donde enseñan y ofrecen sesiones de esta técnica ancestral.
Terapia liberadora
Terapeutas especializados ofrecen masajes tántricos en San Borja y otros distritos de Lima, para ayudar a encontrar esa paz espiritual y relajación tan necesaria. La aplicación de la adecuada presión en diversos puntos del cuerpo ayuda a eliminar la tensión que se acumula por las dificultades del día a día.
Al tantra se traduce como “tejido” en sánscrito, e implica continuidad, mezcla la meditación, con la búsqueda del placer, por medio de la paz espiritual y el bienestar corporal.
Los masajes tántricos ayudan a expandir las sensaciones hasta ir más allá de lo esperado. La connotación sexual que se le atribuye es debido a que se estimula el área genital y las diferentes zonas erógenas, con el propósito de descargar todas las energías negativas que se acumulan en el cuerpo.
No se trata en sí de una experiencia de índole sexual, lo que procura es alcanzar la quietud al experimentar tipos de placer y sensaciones totalmente nuevas. Estas actividades despiertan la percepción y la capacidad de abandonarse a los sentidos.
Múltiples beneficios
Estas técnicas de masajes tántricos en San Borja han demostrado tener múltiples beneficios para hombres y mujeres. Mientras más responsabilidades y preocupaciones se enfrenten, más necesario es relajarse y dejar atrás los problemas.
Las técnicas del tantra ayudan a que las personas tengan conciencia de cada parte del cuerpo y sus funciones. En el plano de las relaciones de pareja, ayuda a conseguir nuevos grados de conexión, así como el disfrute de una mejor intimidad, sin timidez ni prejuicios.
También ayuda a solucionar los diferentes problemas que pueden tener los hombres en el plano sexual, como la eyaculación precoz, impotencia, disminución del deseo de intimar.
En las mujeres, elimina la apatía, aumenta la capacidad de experimentar orgasmos, entre otros aspectos que se pueden interponer en una más satisfactoria unión de pareja, además de ayudar a localizar puntos de placer desconocidos. Todo ayuda a aumentar la atención y la comunicación.
Esto contribuye a incrementar la autoestima, el estado anímico, además de manifestar mejoras en dolencias tanto físicas como emocionales. En suma, se logra un avance integral en cada persona.
Romper barreras
Los centros de masajes tántricos en Miraflores ofrecen mucho más que momentos de relax. Implica un tratamiento integral para alcanzar una elevación espiritual y un placer físico nunca antes experimentado. Preparan un espacio físico bien adecuado, para experimentar la relajación total.
Los terapeutas orientan a las personas para que aprendan a canalizar las energías para desechar las negativas y quedarse solo con las positivas. Este rito permite conectar con técnicas ancestrales que ayudan a deslastrarse de creencias moralistas y de la autonegación a sentir.
Algunas de las religiones de occidente se afianzan en la culpa, la represión y la negación del placer, sobre todo en el plano sexual, de allí que experimentar con el tantra abre la mente a un mundo nuevo y más libre, sin las barreras que imponen los convencionalismos sociales. El tantra ayuda a eliminar los bloqueos autoimpuestos en la mente y en el cuerpo que impiden alcanzar todo el potencial de placer inagotable.