El derecho está formado diferentes áreas y cada una de ellas toca una rama concreta en lo que respecta al bienestar de la sociedad. A fin de cuentas, estamos ante un sector que blinda parámetros como igualdad entre los miembros de la población y, como tal, los responsables de hacer que funcione han de demostrar sus mejores competencias en la materia. En este orden de ideas, queremos hacer hincapié en lo delicados que suelen ser los casos del derecho de familia; donde los divorcios ya son la gestión más habitual. Así que, si estás pasando por un procedimiento de estas características, asegúrate de delegar en los mejores abogados.
Déjate asesorar por los mejores especialistas
Un divorcio es un proceso en el que dos personas deciden poner fin a su relación matrimonial, rompiendo el contrato que un día se prometieron cumplir. Durante los últimos años, los abogados de familia en Madrid han notado un incremento sustancial en el número de gestiones de este tipo que deben realizar. Un trabajo en el que el primer paso es el de asesorar a ambas partes implicadas para garantizar que saben de antemano cómo va a ser el litigio.
Si bien es cierto que la vía del divorcio amistoso es la más llevadera, muchas parejas no pueden alcanzar el mutuo acuerdo. Los desencuentros durante este tipo de trámites no suelen ser pocos, en los que además hay una elevada carga emocional implicada. Por consiguiente, si vas a proceder por la vía contenciosa, es todavía más importante tener un buen abogado de familia a tu lado que te guíe en cada uno de los pasos que vas a dar. Solo así sabrás que tus intereses van a estar bien cuidados.
Vela por tu integridad económica y emocional
Si el matrimonio llega a su fin, es importante que las condiciones que se firman permitan efectivamente a los cónyuges empezar de cero y dar pasos en firme hacia un futuro más esperanzador. Sin embargo, esto no sucede así en caso de que los acuerdos firmados en el divorcio o, en su defecto, la sentencia dictaminada por el juez no sea favorable. Razón por la que el abogado debe dar la cara por ti y volcar toda su profesionalidad en la defensa de tus intereses.
Temas como la liquidación de gananciales, que reparte los bienes cosechados durante el matrimonio o las medidas paternofiliales y la custodia compartida, que atienden a la guarda y custodia de los hijos son de suma relevancia. Dos temas de gran impacto en materia tanto económica como emocional que no se pueden dejar en manos del azar. De igual modo, la fijación de la pensión compensatoria y la de alimentos son igualmente cruciales para evitar que el impacto financiero del divorcio afecte a uno de los cónyuges a largo plazo.
Modifica las medidas injustas
Después de que el juez haya dictado sentencia, son muchas las personas que piensan que han sido víctimas de una mala defensa. Una situación muy crítica que tiene su origen en haber elegido un despacho de abogados mediocre en lugar de un gran despacho con un gran nivel de involucración y de conocimientos en derecho de familia. Por suerte, hay bufetes especializados en la modificación de las medidas, otorgando una segunda oportunidad a los afectados por estas situaciones.
Asimismo, en caso de que el paso del tiempo suponga un cambio en las circunstancias que provocaron dicha sentencia, también se puede solicitar una revisión. En estos casos, uno de los procedimientos más habituales es la privación del ejercicio de la patria potestad; evitando que las irresponsabilidades de uno de los progenitores afecten al bienestar de los hijos, modificacion de pensión de alimentos, modificación del régimen de visitas, etc.
Otras cuestiones de interés en el derecho de familia
Si bien es cierto que los abogados de familia suelen tener un gran volumen de clientes a causa de su trabajo en los divorcios, hay otras tantas áreas que abordan dentro del contexto familiar. Todas ellas igual de relevantes en lo que respecta a la búsqueda de profesionales de alto nivel.
Las emancipaciones de los hijos menores de edad, las herencias o los procesos de incapacitación judicial son algunas de las cuestiones más frecuentes. Unos litigios muy delicados que requieren una gestión impecable por parte del abogado en cuestión.