En las últimas dos décadas se ha visto en aumento de los barcos mercantes, aquellas naves petroleras, que transporta mercancías a lo largo del mar. Este medio de transporte ha dejado un efecto de contaminación que últimamente se ha hecho apreciable y es muy significativo que con miles de barcos navegando continuamente, cada uno de los cuales logra llegar a “consumir” hasta 65 toneladas de pinturas tóxicas durante su fase de mantenimiento, una práctica que ha dejado una alta contaminación en las aguas.
También se ha hecho hincapié en los barcos de recreo. Ya que en Europa se usan antifoulings para proteger a millones de barcos. Donde únicamente en Francia se encuentra una flota de 270 puertos de recreo, donde cada uno está revestido de una pintura que termina envenenado las aguas por donde circulan. Aunque en la mayoría de los casos para la mayoría de los barcos anclados en los puertos solo llegan a navegar una vez al año, pero igual está contaminando el agua donde se encuentre, ya que van disolviendo su mortal antifouling. Aunque muchos los hace “inconscientemente” inclusive se deshacen de sus baterías a través de la borda, tirándolas al mar y dejando una auténtica cloaca de metales venenosos, entre los más peligrosos tenemos el cadmio y el plomo.
Cambios necesarios
Aunque si se toma el tiempo necesario, se puede tomar algunas decisiones positivas para preservar los mares. Lo aterrador es que posiblemente se acoja cuando los mares se encuentren muy afectados y donde la fauna marina quede plenamente comprometida. Solo se intentará encontrar soluciones reales cuando las personas perciban de manera evidente el gran problema y riesgo para la salud. Se impone afrontar el inconveniente con rigor, pero se necesita de más esfuerzo. Este asunto es demasiado serio, ya que compromete la salud humana.
La solución esté en el interés humano
Favorablemente, existen pensamientos brillantes y demasiados ingeniosos, que imaginan nuevas soluciones. Aunque los gobiernos locales no hacen mucho hincapié en ello, los amantes y protectores de la naturaleza se han hecho presente. Y gracias a ello se ha presentado un antifouling a base silicona, el cual actual como una cubierta autolimpiable frente a los organismos vivos marinos para que estos no puedan fijarse en la superficie de los barcos.
Aunque se está ideando otras técnicas para que la vida marina ni la humana se vean comprometidos con los agentes químicos que usados en las embarcaciones.