Equipo iBroker
“Operando futuros puedes llegar a perder un importe superior al depositado en tu cuenta”. Te suena, ¿no? Probablemente también habrás oído frases como “puesto a perder tu dinero operando futuros, mejor vete el casino y lo disfrutas más”. Este es el punto de partida de este artículo, dinero rápido, perdida rápida.
Pero, ¿realmente podemos equiparar trading en mercados financieros con el juego o las apuestas? ¿Qué diferencia hay de un apostador profesional a un “trader” con formación y talento? ¿Negociar una posición larga o corta en el Futuro del S&P 500 es lo mismo que apostar al rojo o al negro en la ruleta de un casino?
Si respondes SI a esta pregunta, seguramente estés equivocado, depende de cómo enfoques la cuestión. Si respondes NO, también pudieras estar equivocado. Parece todo un sinsentido, pero puede no serlo. Deja que te expliquemos diferencias y similitudes entre ambas actividades para clarificar nuestra opinión. Pero antes, vamos a empezar con una historia.
Juguemos a “Quien es el “trader”
Imaginemos tres hipotéticos “traders” de nombre Juan, Carlos y Ana. Los tres están buscando ganar dinero en una operación en el Futuro del S&P 5000, donde el sentimiento de mercado parece apuntar a una tendencia alcista de los precios.
Juan tiene el presentimiento de que el futuro del S&P 500 podría moverse al alza como continuación a un “pullback” previo. Decide tomar una posición pequeña tras leer las noticias financieras y sentir una corazonada. Maneja un escenario de tipos de interés cero o casi cero de la Reserva Federal que mantendrá a flote a muchas empresas del país y por tanto a sus cotizaciones. Al fin y al cabo, el índice S&P500 es justamente eso, una representación amplia de las empresas de USA, representando muchos sectores de actividad diverso, no como el futuro del Nasdaq, que concentra su valor en las empresas puramente tecnológicas.
Carlos, sin embargo, confía más en su análisis de indicadores y osciladores, centrándose en los movimientos técnicos del precio a la hora de operar. Ha llegado a un resultado equivalente al de Juan, hay que comprar futuros del S&P500, pues su modelo descuenta un recorrido al alza amplio. Tan confiado está en sus predicciones, que abre una posición en futuros de tamaño tres veces mayor que el de Juan.
Por su parte, Ana tiene un perfil de trading similar al de Carlos, basa sus decisiones en el análisis técnico, aplicando indicadores que ha llegado a personalizar. Dibuja un escenario también alcista en el S&P500, pero en su caso se posiciona comprar en una posición de tamaño pequeño, equivalente a la de Juan.
Ese día, el futuro del S&P 500 sube 20 puntos en la sesión. Y solo dos de nuestros amigos ganan dinero.
¿Cómo es posible?
- Juan cierra su posición larga llevándose los 20 puntos de subida del futuro.
- Carlos habría ganado de no ser porque el tamaño de la posición que había tomado era demasiado grande. En una de las correcciones que tuvo el futuro durante el día, el control de riesgos del bróker le liquidó la posición por falta de garantías.
- Ana terminó el día ganando también los 20 puntos de subida del S&P.
Y ahora la pregunta que todo estamos esperando: ¿Quién es un “trader” y quien un mero jugador/apostador? La realidad es que la única “trader” auténtica de esta terna de 3 especuladores “retail” es Ana. Los otros dos han negociado en el mercado de futuros como lo haría un jugador de casino. ¿Por qué?
Juan invirtió llevado por una corazonada, sin una estrategia real ni un plan de salida si el escenario esperado no se hubiera confirmado. Simplemente tuvo suerte porque el mercado subió. Eso es apostar.
Carlos hizo algunos de los deberes de un ““trader” de verdad. Tenía una estrategia detrás de su decisión, pero se olvidó de gestionar el riesgo, tomando una posición que excedía su capital y potenciales movimiento intradía en los precios del S&P. Invertir sin gestionar el riesgo no es invertir, sino apostar.
Ana manejó probabilidades basadas en el análisis técnico y lo tradujo en una posición en el mercado de futuros del S&P 500, respaldada por una estrategia y por un eficiente control del riesgo. Tuvo presentes niveles de salida ganando (órdenes limitadas) y perdiendo (órdenes stop) y tuvo la fortuna de que el mercado nunca disparó su stop en el nivel de pérdidas que podía asumir, llevándose los 20 puntos de ganancia en su operación.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
Una apuesta es una decisión que deja más al azar que a movimiento precalculados y/o descontados. Un “trade” en un mercado financiero, por el contrario, es una decisión que maneja un riesgo calculado junto con un escenario probabilístico favorable (que no infalible).
La lección para recordar: podemos tener dos operaciones idénticas que acaben con un mismo resultado. Sin embargo, es probable que detrás de estas operaciones encontremos dos perfiles muy distintos: uno con un enfoque de inversor serio y profesional, mientras el otro responde únicamente al de un jugador en manos del azar.
Los Futuros y Opciones son productos financieros que no son sencillos y pueden ser difíciles de comprender.
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