Roger Baldwin murió el pasado 10 de enero en su casa en Riverhead, en el cruce de North Fork y South Fork de Long Island en el norte del condado de Suffolk. Tenía 91 años. Baldwin fue el último miembro superviviente de los “Cuatro jinetes de Aberdeen”, un grupo de estudiosos que desarrolló la primera estrategia de juego básica para el blackjack. Lo más destacable de su historia es que lo lograron todo con cálculos manuales en la década de 1950, antes de que los ordenadores modernos estuvieran disponibles. Un estudio matemático del juego de cartas que sentó las bases para casi todas las estrategias de blackjack disponibles en la actualidad.
Roger Rauschenbusch Baldwin nació el 22 de noviembre de 1929 en Manhattan, el distrito más importante y conocido de Nueva York, Estados Unidos. El neoyorquino se graduó en la Universidad de Cornell con una licenciatura en 1951 y terminó un Máster en estadísticas en la Universidad de Columbia antes de ingresar en el ejército en 1953. Fue destinado al campo de pruebas de Aberdeen, ciudad situada en el condado de Harford (Maryland). En aquella época, el blackjack, también conocido como veintiuno, se había convertido en uno de los entretenimientos favoritos de los soldados estadounidenses. Al fin y al cabo, aunque se originó en Francia, fueron los estadounidenses quienes le dieron al juego de cartas su forma actual.
Un día, mientras jugaba una partida de blackjack en el cuartel del campo de pruebas de Aberdeen, la frase de un compañero despertó el interés de Baldwin. El neoyorquino conocía los conceptos básicos del juego de cartas, ya que sabía que los jugadores intentan sacar manos con un total de 21 puntos lo más cerca posible, sin pasarse. Sin embargo, no sabía que los crupieres de los casinos de Nevada debían robar una carta cuando sus manos sumaban 16 o menos, pero podían quedarse con las manos a los 17 puntos. La regla cambió la visión de Baldwin, siendo la chispa para idear una nueva estrategia para ganar en el blackjack. Pensó que era posible reducir la ventaja del crupier, alrededor del 5%, mediante la formulación de una estrategia de apuestas basada en modelos matemáticos precisos.
El neoyorquino comenzó su teoría del blackjack modestamente, elaborando algunas fórmulas matemáticas por su cuenta. Sin embargo, terminó colaborando con otros tres soldados del ejército estadounidense con antecedentes matemáticos y aficionados a los juegos de azar: Wilbert Cantey, Herbert Maisel y James McDermott. Durante los siguientes 18 meses, el cuarteto de matemáticos pasó su tiempo libre en el ejército usando calculadoras de escritorio y la teoría de la probabilidad, con el objetivo de optimizar las probabilidades de que un jugador de blackjack ganara la mano del crupier sin pasarse de 21 puntos. Una búsqueda de una táctica práctica y estadísticamente sólida que dio como resultado la primera estrategia de juego básica para el blackjack.
Tras unos pequeños ajustes después de que Baldwin realizara un viaje a Las Vegas en junio de 1954 para conocer cómo se jugaba al blackjack en 16 casinos, el cálculo de números del grupo se publicó en el Journal of the American Statistical Association (la revista principal de la Asociación Americana de Estadística) en septiembre de 1956. En este artículo, el neoyorquino y sus tres compañeros describieron por primera vez un conjunto de reglas matemáticamente correctas para el juego de cartas, conocido como estrategia básica, que señala al jugador cómo debe proceder con cualquier mano en una partida de blackjack. Un año después de la publicación del artículo, el grupo expandió su investigación al libro Playing Blackjack to Win: A New Strategy for the Game of 21, que contó con un prólogo de Charles Van Doren, la estrella del programa de televisión de juegos Twenty-One.
Bladwin no se benefició mucho de su trabajo de blackjack y no se convirtió en un jugador habitual de Las Vegas. El neoyorquino trabajó como administrador de sistemas de Union Carbide, el Laboratorio Nacional Brookhaven en Long Island y la ciudad de Nueva York y una de las empresas más antiguas de productos químicos y polímeros de Estados Unidos. Sin embargo, la contribución del grupo no pasó desapercibida en el mundo del blackjack. En el año 2008, los “Cuatro jinetes de Aberdeen” fueron incluidos en el Salón de la Fama del Blackjack. Un reconocimiento a la influencia que tuvieron en otros miembros del Salón de la Fama. En la ceremonia, Max Rubin, uno de los mejores jugadores de blackjack de la historia, señaló que, “si no fuera por ellos, ninguno de nosotros estaría en esta sala”.
La aportación de Edward Oakley Thorp
El libro Playing Blackjack to Win: A New Strategy for the Game of 21 no tuvo el éxito esperado, pero la estrategia básica redujo la ventaja del casino a casi cero, siempre y cuando fuera perfectamente ejecutada por el jugador. De hecho, el estudio matemático del grupo de Baldwin llevó a Edward Oakley Thorp, doctorado en matemáticas por la Universidad de California en Los Ángeles y experto en el blackjack, a validar sus cálculos en un ordenador IBM 704 en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), que tenía el software más avanzado en esa época. Thorp fue una de las primeras personas en interesarse por los cálculos de los “Cuatro jinetes de Aberdeen”. Casi todos sus cálculos demostraron ser 100% precisos. Aunque habían cometido algunos errores, estos no tenían un gran impacto en el margen de beneficio del jugador.
A raíz de sus comprobaciones, Thorp usó sus propios cálculos matemáticos, con la ayuda del ordenador IBM 704, para desarrollar nuevas estrategias de blackjack. En 1962, el matemático publicó Beat the Dealer: A Winning Strategy for the Game of Twenty-One, el primer libro de la historia en hablar sobre el conteo de cartas. Una estrategia que no se puede aplicar en el online blackjack. En esta obra, que marcó un antes y un después en el juego de cartas, Thorp explicó al público en general cómo, contando cartas (haciendo un seguimiento de cuántas de alto valor quedaban por salir en la partida), el jugador podía conseguir una ventaja estadística sobre la casa. Además, el libro del matemático ayudó a que los “Cuatro jinetes de Aberdeen” adquieran renombre público, ya que habían pasado desapercibido en los años anteriores.