Exactamente, las ballenas y otras especies de peces moran en aguas demasiado contaminadas derivadas de corrientes que empujan desechos de la industria por miles de kilómetros en el océano, dañando el ecosistema de forma brutal.
Otros agentes contaminantes son las bolsas de plástico y derivados químicos que expulsa dioxinas, fenoles y otros venenos que llegan al mar, causando esterilidad en los animales marinos.
Un ejemplo reciente tenemos las belugas de San Lorenzo, Canadá, que está próximo a la extinción, o los inconvenientes en la reproducción que se aprecia en los osos polares.
¿Qué son los metales pesados que contaminan el mar?
Los metales pesados son metales tóxicos. Aunque no todos los metales de este tipo son tóxicos. Por ejemplo, el platino y el oro son inocuos e inertes. Vario de ellos son necesarios para crear iones para que logre existir la vida.
Los metales malos tenemos al Mercurio usado en minería, el Plomo encontrado en viejas tuberías de desagües o aun en pinturas, principalmente en el pigmento blanco, el Cadmio usado en las baterías eléctricas y el Talio usado en elementos electrónicos. Varios como el Arsénico y el Selenio no son adecuadamente elementos metálicos, pero son tomados en cuenta en los compuestos “pesados”.
Contaminación en el mar
Las huellas originadas por los accidentes de petroleros que diariamente alteran los ecosistemas marinos conforman un 5% del petróleo contaminante. El 10% es gracias a las difusiones de fuentes naturales, que por largo tiempo se han arrojado hidrocarburo al mar. El 30% y 40% restante proviene de la limpieza de los barcos y de las exposiciones a la atmósfera que terminan en las aguas impulsadas por la lluvia. Siendo el foco del problema.
Se evidencia que cuando el petróleo entra en contacto con el mar, se propaga rápidamente creando una delgada capa superficial. La mayor parte termina oxidándose o evaporándose por la acción del sol; si no ha llegado aún a la costa como marea negra, se diluye en el agua donde consigue permanecer por muchos años. Su evolución dependerá de la naturaleza del hidrocarburo y de sus características.
Dependiendo de la densidad que consiga al envejecer, consigue sedimentar hasta el fondo marino, o bien, crear una emulsión con el agua, el llamado “mousse”, que persistirá al flote en el mar, en manera de bolas de asfalto. A pesar del fuerte “impacto” de los derrames petroleros, lo peor para el mar son las contaminaciones derivadas de la industria, pesticidas y otros derrames urbanos.