El fallecimiento de un individuo acarrea automáticamente un amplio abanico de gestiones legales que se deben resolver con la máxima diligencia posible. Se trata de un momento emocionalmente complejo y, para evitar más problemas, el papel de los abogados de herencias se antoja de vital importancia. La muerte es una fase más de la vida por la que pasaremos todos y, como tal, toca atar bien los cabos de lo relativo al testamento; evitando diferentes conflictos entre los herederos. Una decisión inteligente para la cual la planificación previa y el correcto desempeño del equipo de abogados resultan esenciales.
Factores que debes tener en cuenta en tu herencia
Cuando llega el momento de planificar una herencia, existen ciertos factores que van a determinar qué reciben finalmente los herederos. Muchas personas todavía piensan que lo estipulado en el testamento es definitivo; no obstante, tanto los posibles conflictos como las responsabilidades tributarias se pueden poner en contra de nuestra última voluntad. Ante tal realidad, lo más adecuado es analizar de antemano ciertos elementos, tomando decisiones inteligentes en base a la realidad que nos rodea.
En este orden de ideas, lo primero que debes conocer es la importancia del lugar de residencia del fallecido. El Impuesto de Sucesiones es una tasa tributaria que deben pagar los herederos a la hora de recibir las pertenencias del testador y, a diferencia de lo que algunos creen, esta tasa no es estatal. Cada comunidad autónoma tiene un criterio diferente y la comunidad en la que más tiempo haya vivido el fallecido será la que determine el impuesto -a no ser que sea un inmueble, en cuyo caso será el lugar en el que esté la vivienda-. Las diferencias pueden alcanzar las decenas de miles de euros, por lo que merece la pena planificar bien este aspecto con anterioridad.
Por otro lado, conviene hablar de un concepto especialmente interesante a la hora de realizar el testamento: la disolución de gananciales. Cuando un matrimonio se ha casado bajo el régimen de gananciales y una de las partes fallece, la herencia da comienzo en dicho instante; lo cual si se gestiona adecuadamente puede derivar en grandes ventajas fiscales al distribuir los bienes entre los dos miembros. Por consiguiente, nada como asesorarse a través de los mejores abogados en aras de dejar todo perfectamente cerrado; evitando que los descendientes tengan que asumir costes imposibles en un futuro.
Situaciones que se pueden dar durante una herencia
Si bien es cierto que con una buena planificación de la herencia se ahorran muchos de los problemas comunes durante la ejecución del testamento, existen ciertas situaciones que se pueden dar antes y después de este momento. Un claro ejemplo de ello es la herencia yacente, un concepto que no todos conocen y que puede acarrear complicaciones desde el punto de vista jurídico si no se gestiona bien desde el primer momento.
Se conoce como herencia yacente cuando el heredero todavía no ha procedido con la aceptación o, en su defecto, el repudio de los bienes que se han dejado a su nombre. Estamos, por lo tanto, ante un limbo en lo que concierne a las propiedades que se han dejado tanto a los testamentarios, así como los derechos y las obligaciones asociadas al propio testamento. De este modo, la herencia yacente debe tomarse con cautela y contemplar bien en qué consiste el legado del fallecido; anticipando cualquier clase de complicación asociada a la posterior aceptación o repudio.
Por otro lado, cabe hablar de una de las situaciones más críticas cuando se está confeccionando el testamento: desheredar a los herederos legítimos. Existe una gran desinformación en este punto y lo más recomendable es dejarse guiar por despachos especializados en la materia. Sin embargo, a rasgos generales, algunas de las circunstancias que justifican esta acción son haber maltratado de obra o de palabra al testador, haber atentado contra su vida, haberlo acusado de delito o haberle obligado a hacer el testamento.