Los daños naturales se han hecho presentes a nivel mundial y España es una de ella, estos daños se han hecho evidentes en las más grandes ciudades, aunque estos daños han dependido de cada ciudad en particular, las condiciones climáticas y geográficas que esta posee. Barcelona, Lisboa y Bristol por ejemplo, son tres localidades que han funcionado como campo de análisis para generar nuevas propuestas ante estos daños, como sabemos son ciudades costeras. Aunque cada una de ellas cuenta con características especiales tanto en clima, sistema hidrológico y disposición de escorrentía.
Barcelona es una ciudad que acarrea el principal problema en cuanto a las lluvias torrenciales derivadas del clima mediterráneo. Y los importantes sistemas urbanos se han vistos afectados evitando que la ciudadanía tenga una movilidad normal, por eso que se ha hecho presente en el proyecto RESCCUE.
El gobierno de esta región ha indicado que si una gran inundación se presenta en el centro de la ciudad, puede dejar sin servicio eléctrico a la mayoría de sus habitantes.
Por otro lado, la ciudad de Bristol cuenta con una desembocadura del río Avon, la cual ha sido sometida a fuertes mareas del mar de Irlanda, por lo que aumenta los eventos de inundación. Si se presenta subidas intermareales junto a las temporadas de lluvias intensas y el progresivo aumento del nivel del mar, puede generar que la ciudad, con alrededor de 500.000 personas, tenga grandes daños a futuro como inundaciones y perdidas de infraestructuras.
Una perspectiva holística para las ciudades
Un punto clave que surge ante los diferentes debates en el mundo por el cambio climático de forma generalizada es la importancia del uso de la resiliencia urbana para proteger las ciudades en un futuro. Este solo será posible si se trabaja de una forma holística, con una perspectiva multidisciplinar y que sea multisectorial.
Hay la necesidad de la colaboración desde diferentes ámbitos para poder avanzar, por eso que los debates es la clave ante la colaboración implicada en la resiliencia, por lo que se pide la colaboración tanto pública como privada entre gobiernos públicos y agentes de servicios urbanos.
Por lo tanto, se considera la participación de todos los sectores para este 2023, donde se vean involucrados debates con base en los riesgos y la planificación precedente de una respuesta regularizada que resulte decisiva para abordar los retos que puedan presentarse durante las épocas de lluvias, se han hecho presente también modelos de software por parte del proyecto RESCCUE como una herramienta que puede usarse en esa gestión.