Según la ONU, la industria de la moda es una de las más contaminantes del planeta y no solo por el tipo de materiales textiles que se emplean para la fabricación de las prendas de vestir, sino también por su producción rápida y masiva, y por lo poco éticas que son las condiciones laborales de este sector.
La moda sostenible o moda ecológica surge como una solución ante esta problemática y se plantea como una alternativa permanente que permite contrarrestar el impacto negativo de la también llamada Fast Fashion. En este sentido, propone el uso de materias primas orgánicas y en todo momento, busca dignificar las condiciones de los trabajadores.
¿Cómo se originó la moda sostenible?
La moda sostenible por primera vez aparece a finales de la década de los 80’s. Para ese entonces, la industria de la moda convencional estaba en su máximo esplendor y el consumo por parte de los usuarios había alcanzado cifras exorbitantes.
Para dar respuesta a la demanda, las marcas de moda comenzaron a crear colecciones rápidas, lo que a su vez elevó la huella de carbono de esta industria y conllevó a la explotación de los trabajadores del sector, quienes, a cambio de sueldos miserables, trabajaban bajo condiciones laborales desfavorables.
Tras denuncias de activistas y después del inicio de una serie de investigaciones, se lograron constatar los aspectos nocivos y perjudiciales detrás de esta industria, por lo que se impusieron sanciones y se exigió la mejora de las condiciones laborales, así como también un mejor uso de los recursos.
En adelante, afamados diseñadores, marcas y modelos como Stella McCartney, Amour Vert y Lucy Tammam comenzaron a tomar conciencia social y ecológica, para dar paso a la moda sostenible, también conocida como Slow Fashion, moda ecológica o moda verde.
Pilares de la moda sostenible
Para que la moda sostenible o Slow Fashion sea considerada como tal, debe fundamentarse en estos pilares básicos:
Sostenibilidad
Con la finalidad de reducir el impacto ambiental provocado por la industria de la moda convencional, la Slow Fashion solo utiliza para la elaboración de sus prendas de vestir materias primas sostenibles provenientes de la agricultura ecológica.
Del mismo modo, optimiza el uso de los recursos y evita el uso de productos tóxicos como pesticidas y tintas contaminantes, de manera tal que la huella de carbono sea minimizada o, idealmente, reducida a cero.
Calidad
Debido a lo rápido que cambian las colecciones de moda en la Fast Fashion, las prensas suelen ser baratas y de baja calidad, lo que ha llevado a los usuarios a un elevado nivel de consumismo y por ende, de contaminación. La moda sostenible busca crear colecciones de ropa en tendencia y de máxima calidad que tengan una mayor vida útil.
Además, las prendas de más calidad permiten su reutilización a lo largo de los años, otra enseña fundamental de la moda sostenible. Se promueve el uso de la segunda mano.
Ética
La moda sostenible también es conocida como moda ética, básicamente porque no solo se preocupa en reducir los daños al medio ambiente, sino porque también tiene un compromiso social con el que se esmera en ofrecer a los trabajadores del sector textil condiciones de trabajos dignas, dentro de las cuales no haya discriminación, se respeten sus derechos y se les otorgue una remuneración justa.