Si alguna vez hemos tenido alguna clase de lesión dental severa, ya sea una caries muy avanzada, la infección de un diente o la ruptura irreparable de su esmalte, probablemente nos hayamos sometido a una retirada del diente y a la consiguiente implantación de una nueva corona para éste.
Este procedimiento es prácticamente rutinario, pero aunque a día de hoy lo damos por sentado, hace apenas quince años no lo era tanto. La realidad es que el proceso de llevar a cabo una operación dental ha sido algo notablemente complicado de perfeccionar, debido a la minuciosidad de la zona operada y al peligro de dañar terminaciones nerviosas como la pulpa dental, que son muy sensibles a cualquier estímulo externo y lo transmiten a nuestro cerebro en forma de dolor casi siempre.
A continuación profundizaremos en el cambio que tuvo que tomar lugar para que hacer los implantes en el mismo dia que se lleva a cabo la operación fuera posible.
También hablaremos de sus ventajas en comparación con otros métodos más lentos.
Los implantes y la carga inmediata
Hace quince años y hasta hace relativamente poco la colocación de un implante era un proceso que contaba con un postoperatorio largo y molesto, durante el cual, el paciente en cuestión tenía que llevar una dentadura postiza para comer durante un período que oscilaba entre cuatro y seis meses. Si queremos saber más sobre el procedimiento en cuestión, podemos visitar la clínica dental Bilbao ionzabalegui.com, donde se explica en profundidad cada parte.
Pero para qué se entienda el valor de este avance, lo primero es explicar cómo funciona exactamente un implante dental. Este implante dental podría ser considerado algo así como un pequeño tornillo con la cabeza hueca que se introduce en el espacio dejado por el diente, taladrando en el hueso para que éste se pueda remineralizar a su alrededor eventualmente y pase a formar parte de la dentadura.
El problema que existía con esto era que, tras la operación que acopla este implante, se solía dar un postoperatorio de unos meses para que el hueso se curase alrededor del mismo, y para así evitar problemas, como fisuras en la mandíbula o dolores constantes.
Por suerte, varios trabajos de profesionales comenzaron a ser publicados. Estos dentistas estaban colocando una prótesis dental fija en el implante, en el mismo día que lo llevaban a cabo.
La práctica recibió el nombre de carga inmediata, y así permitía a los pacientes llevar una prótesis fija en menos de veinticuatro horas, revolucionando el mundo de la odontología.
Las numerosas ventajas de la carga inmediata
Aparte de la obvia ventaja que supone el tener una prótesis fija desde el día en el que se realiza la operación, también hay que tener presente que ese procedimiento es mejor en otros muchos aspectos.
Un ejemplo de esto, es que con la carga inmediata, los huesos se remineralizan mejor que con la carga tardía, haciendo que las pocas molestias que hay tras la operación duren mucho menos y que el procedimiento sea más seguro en términos generales.
Y es que al final, la carga inmediata facilita lo que debería ser la prioridad en cualquier intervención odontológica, que la masticación y el uso natural de los dientes sea restaurado de forma segura y funcional cuanto antes.
Existen algunos requisitos previos
La carga inmediata es otro procedimiento se mire por donde se mire. Aunque comparta la similaridad de que el implante sea el mismo, el proceso no es el mismo, y tampoco lo es, el efecto sobre nuestras bocas. Si queremos tener un buen pronóstico en nuestra carga inmediata, nuestro dentista ha de fijarse primero en una serie de detalles.
Uno de los más importantes es nuestra calidad ósea, que ha de ser la adecuada para que la estabilidad de los implantes sean una garantía. Con calidad ,se hace referencia a la cantidad de hueso que haya en la zona, a su grado de porosidad y a que no hayan lesiones o fracturas previas en ella.
El otro requisito, es que si vamos a recibir más de un implante, éstos han de tener espacio suficiente en la arcada para caber sin producir inflamación o problemas mayores.