Cuando se presentan problemas emocionales, lo que se necesita es cambiar los pensamientos y conductas que los generan. Mediante la hipnosis se puede acceder al mundo inconsciente, para así detectar esos traumas reprimidos y lograr un cambio para bien.
En un mundo tan agitado como el actual, resulta necesario un apoyo externo para poder enfrentar las adversidades del día a día. Situaciones como los obstáculos económicos, los problemas de pareja, las adicciones, incluso, la obesidad, producen trastornos psicológicos que necesitan ser tratados por un profesional.
Los psicólogos son expertos en la mente humana, en sus problemas y en las soluciones a estos problemas. Ellos aplican diferentes técnicas y terapias para que el paciente pueda reconstruir esos pensamientos y conductas con el objetivo de eliminar los problemas y trastornos desde su origen. De esta forma, se logra mejorar el bienestar general.
Actualmente los psicólogos suelen aplicar tratamientos basados en el psicoanálisis, como lo es la hipnosis, para sanar esas heridas ocultas en lo profundo del inconsciente. Los traumas reprimidos pueden solucionarse con ayuda del hipnotista, para así procesar los sentimientos que los generan de una vez por todas.
Desmintiendo mitos sobre la hipnosis
Las terapias como la hipnosis tienen una amplia diversidad de aplicaciones. Por ejemplo, se puede aplicar una hipnosis para bajar de peso, así como para dejar las adicciones a sustancias tóxicas o para tratar los síntomas de la depresión. Sin embargo, antes de explicar de qué trata exactamente esta técnica terapéutica se deben desmontar ciertos mitos sobre ella.
La hipnosis es caracterizada de una forma sensacionalista y caricaturesca en los medios. Comúnmente se suele ver el proceso manejado por una especie de “magos”, quienes cuelgan un reloj de sus manos y logran controlar las acciones de la persona, despojándola de su consciencia y voluntad. Nada más alejado de la realidad.
Lo cierto es que la hipnosis verdadera es una herramienta terapéutica validada científicamente, teniendo sus bases en las teorías de psicoanálisis (popularizadas por el famoso Sigmund Freud). La hipnosis suele ser una técnica muy funcional a la hora de complementar otros tratamientos psicológicos, pero a veces también se aplica por su cuenta.
Claro está, el efecto de la hipnosis en el paciente se ve muy exagerado en los medios. El paciente no pierde su voluntad, de hecho, tiene la capacidad de parar el proceso en el momento que quiera. Tampoco es una experiencia que ponga en grave peligro a su bienestar: siempre que sea realizada por un buen hipnotista, se puede tener completa certeza de que siempre se estará seguro. Llega a ser tan calmante que algunos pacientes hasta se quedan dormidos durante la hipnosis.
¿Cómo funciona la hipnosis?
La hipnosis, hablando en términos técnicos, es un estado de la consciencia en el que se mejora la atención, concentración y relajación, además de permitir acceder a los pensamientos y conductas arraigadas al inconsciente. Durante la hipnosis se realiza también un proceso de sugestión, en el que las personas suelen estar más abiertas a las sugerencias del psicólogo para los cambios de conducta.
Todo el proceso siempre tiene por delante el consentimiento del paciente. Comúnmente, se establece una palabra segura antes de iniciar la sesión, para que en el caso de que el paciente se sienta incómodo y no quiera continuar, se pueda parar el proceso de una forma segura y adecuada.
El hipnotista debe crear un ambiente de confianza y seguridad para que el paciente pueda sentirse cómodo, y así el proceso pueda ser eficaz. Al llevar a cabo la relajación y la sugestión, el paciente puede modificar ciertos constructos arraigados en el inconsciente para que sus pensamientos y conductas puedan reflejar una mejoría.
Por ejemplo, en el caso de la hipnosis para bajar de peso, no solo se cambia la conducta de comer saludable. Se modifica la relación que tiene el paciente con la comida, de modo que comer sano no sea consecuencia de una dieta rigurosa y estricta (lo cual no es duradero en el tiempo), sino que verdaderamente se solucionen los problemas alimenticios existentes para obtener una nutrición adecuada, sin ansiedades ni remordimientos.