La estructura social contemporánea ha pasado a depender en gran medida de los recursos virtuales que existen, siendo el detonante directo de nuestra comodidad. Hoy en día nos podemos comunicar los unos con los otros durante las 24 horas del día a miles de kilómetros de distancia y, a pesar de las muchas ventajas que esto supone, es menester reconocer que existen riesgos asociados a ello. Los menores de edad son, por lo general, las principales víctimas de estos peligros y como padres debemos conocer los recursos que tenemos a nuestro alcance para blindar de forma transversal su integridad física y psicológica.
Riesgos que asumen los menores en internet
Los dispositivos móviles y los ordenadores nos permiten estar conectados durante todo el día a personas por todo el mundo. No importa si hablamos de redes sociales o de aplicaciones de mensajería instantánea: la comunicación ha cambiado radicalmente. Esto ha conllevado a todo tipo de problemáticas entre los menores de edad y es prioritario que sepamos cómo proteger a nuestros hijos en la actualidad. Por eso, las aplicaciones espias se han convertido en todo un reclamo tecnológico; habiendo primero de prestar atención a los riesgos que asumen los más jóvenes en internet.
En primer lugar, cabe hablar de aquellos asociados a la mensajería instantánea como WhatsApp. Mientras que antaño problemas tan severos como el bullying empezaban y terminaban en el colegio, ahora el acoso escolar puede invadir su propio hogar. Lo más común es que un niño no comparta esta situación con sus padres, por lo que es imperativo que sepamos identificar el problema y darle una solución. Algo que ocurre de igual manera con las redes sociales o cualquier otra herramienta que sirva para atacar la integridad psicológica de nuestro hijo.
Asimismo, internet está repleto de delincuentes que pueden dañar drásticamente a nuestro pequeño. Los estafadores y los depredadores sexuales son dos nítidos ejemplos de ello y, mientras que un niño somete su inocencia a sus prácticas criminales, nosotros tenemos la capacidad de ver de antemano cuáles son sus intenciones. Desde las redes sociales se puede interactuar con desconocidos que, bajo una falsa identidad, ponen en peligro a los menores. Sabiendo esto, resulta evidente que actuar de forma preventiva es un cometido esencial para el cual las previamente mencionadas herramientas de espionaje nos serán de gran utilidad.
Cómo actuar con diligencia en casos de riesgos
No importa el grado de confianza que hayamos labrado con los hijos: los menores, sobre todo los adolescentes, mienten. Puede que creamos saber todo lo que sucede en su vida, pero esto suele ser una ilusión. Una ilusión que representa un riesgo transversal para su propia vida y que no podemos asumir. Por consiguiente, en lugar de fiarnos a ciegas de su palabra, utilizar las aplicaciones de espionaje más seguras es una acción inteligente que velará por su seguridad sin margen de error. Un recurso destinado a la prevención que merece la pena tener cerca.
Dichas herramientas de espionaje nos permiten acceder a todas las conversaciones que mantienen tanto por WhatsApp como por redes sociales. De esta forma, sabremos con quién hablan y de qué hablan, identificando con inmediatez cualquiera de los peligros que hemos expuesto anteriormente. Erradicar el acoso escolar, evitar que interactúen con delincuentes y protegerlos de estafas son algunas de las facultades que nos otorgan estas aplicaciones. Unas plataformas que, además, suelen contar con un sistema de rastreo para que en caso de crisis podamos ubicar su posición en un mapa virtual y, así, poner fin a los sucesos más traumáticos.
Pedir que nos enseñen sus conversaciones suele ser la opción más recurrente por parte de los padres; no obstante, nada nos garantiza que no borren aquello que desean ocultar. Las apps de espionaje, por el contrario, nos otorgan todo el control que necesitamos para garantizar que nada ni nadie afecta a su seguridad. Habiendo, eso sí, dejar que se comporten como adolescentes y vivan sus propias experiencias; siempre y cuando no haya algo grave de por medio.