Las carillas dentales suponen una transformación total de la dentadura, tanto en lo estético como en lo funcional. Se obtiene una sonrisa estéticamente agradable, además de una estructura corregida en la mordida y unos dientes blancos y brillantes.
Una sonrisa bien cuidada es indispensable para construir una imagen impecable, pero además influye en la buena salud bucodental de diversas maneras.
Son muchos los tratamientos y procedimientos en el área dental que van más allá de mejorar la estética, por ejemplo, la función de masticar se cumple correctamente con una adecuada estructura de la mordida y esto se consigue con diversidad de tratamientos que, puede pensarse, son solo para mejorar la sonrisa. Además, la limpieza oportuna de dientes, lengua y encías es necesaria para evitar la formación de bacterias, lo cual es beneficioso para la salud, no solo del área bucal, sino de todo el cuerpo.
En este sentido, es oportuno mencionar la colocación de carillas dentales en Málaga, un procedimiento que en la actualidad es muy solicitado, ya que permite modificar la estructura de cada diente, mejorando la función masticatoria y, en caso de ser deseado por el paciente, su brillo y su color.
Una intervención beneficiosa para los dientes
Las carillas dentales son láminas pequeñas y ultra finas, con aspecto de diente natural. Se adhieren en la parte externa de los dientes y tienen un efecto traslúcido, con lo cual se consigue una transformación total. Sirven para mejorar la alineación, reconstruir el esmalte, arreglar el aspecto de un diente roto y más.
El procedimiento de colocar carillas dentales es bastante sencillo y cómodo. La intervención en sí misma es muy rápida, y adaptarse a ella todavía más: al pasar un par de días, el paciente ni siquiera notará que tiene las carillas. El tratamiento se completa en tan solo unas dos o tres visitas.
El procedimiento requiere que el dentista se encargue de tomar imágenes de la boca del paciente, realizando un estudio previo para analizar la sonrisa y mordida. Incluso se puede hacer una prueba estética, ya sea de forma virtual o mediante un mock-up, una prueba con carillas provisionales.
Se prepara el diente para colocar la carilla, mientras que el odontólogo la elabora. Cuando ya esté lista se adhieren a los dientes, ajustando la forma, brillo y color para que el resultado esté a gusto del paciente. Cuando pasen unos 15 días se hace la última visita al dentista, para revisar el estado de la carilla y tratar los inconvenientes, en el raro caso de que se presente alguno.
¿Cuáles son las mejores carillas dentales?
Es importante conocer los dos distintos tipos de carillas dentales existentes. Las carillas de composite están fabricadas con una resina acrílica que se adhiere directamente a la superficie del diente. Son menos invasivas, al punto de que, incluso, pueden moldearse directamente en la boca. Además, son muy económicas.
La principal desventaja de las carillas de composite es su durabilidad. Su vida útil es de tan solo 5 a 10 años, y se pueden romper si no se cuidan de la forma adecuada. Al pasar el tiempo, además, pueden ir perdiendo su color, incluso, el vino o el café pueden mancharlas a largo plazo. Por estas razones, algunos pacientes pueden preferir otros tipos de carillas.
Existen las carillas de porcelana, fabricadas a base de cerámica, lo cual las hace más resistentes. Tienen un aspecto más natural y un color más similar al del esmalte dental, por lo que pueden ser una opción para aquellos que desean carillas para mejorar el aspecto de su sonrisa. Pueden durar entre 15 y 20 años sin perder color ni brillo.
Sin embargo, el riesgo de rotura sigue existiendo. A pesar de que es más difícil de que se rompan, en caso de que esto ocurra, la reparación es más complicada. Son más costosas que las carillas de composite, y son irreversibles: cuando se desgastan, se necesita colocar otras carillas con el tamaño reducido para simular el tamaño dentario que se obtuvo al colocar las primeras carillas.