Desde el 13 de julio han empezado a llegar los primeros millones de la descomunal cifra que, con el nombre de NextGeneration, las autoridades europeas aprobaron el 21 de octubre del 2020 para que sirvieran de alivio coyuntural y catalizador de la recuperación de una Unión Europea que ha sufrido un duro golpe cuando todavía estaba tratando de digerir la salida del Reino Unido del club europeo.
Los 750.000 millones de euros se van a repartir de la siguiente forma; 360.000 millones en forma de préstamos que habrá que devolver -ósea que aumentarán la deuda pública de unos países que en los últimos años han experimentado un crecimiento exponencial de la deuda con respecto a sus respectivos PIB- y el resto a fondo perdido, o lo que es lo mismo, los países con la economías más robustas asumirán una carga extra para tratar de aliviar la presión sobre la eurozona en su conjunto.
El blando vientre de Europa
Debido a los problemas estructurales que las economías del sur de Europa venían arrastrando desde la pasada gran crisis económica, y a la resistencia de la clase política a comprometer su futuro electoral realizando cambios y recortes que tendrían una gran contestación social, los países de la zona euro bañados por el Mar Mediterráneo han visto como sus recursos económicos propios para responder a la pandemia están siendo ciertamente insuficientes.
Y es por ello que sólo entre Italia, España y Grecia, ya se van a repartir más de 400.000 millones de los fondos europeos, de los cuales para Italia 81.000 millones llegarán en forma de ayudas directas y 127.000 millones llegarán en forma de créditos, para España 72.700 millones llegarán en forma de transferencia y el resto hasta 140.000 millones lo harán en forma de préstamos y para Grecia hay 72.000 millones entre ayudas directas y préstamos.
Planes para recibir los fondos
Para recibir los fondos europeos, los distintos gobiernos han tenido que elaborar unos planes que pormenoricen la forma en que van a gastar el dinero, que llegará de forma escalonada, para que la riada de miles de millones de euros no acaben dilapidados en proyectos inútiles, algo que desgraciadamente termina por suceder en muchas ocasiones con este tipo de fondos.
Estos planes, además de necesitar el visto bueno de Bruselas, se están utilizando para afianzar la popularidad de unos gobiernos cuya imagen pública ha salido muy dañada de la pandemia, algo que también ha pasado al otro lado del Atlántico, como pudimos ver en las pasadas elecciones a la Casa Blanca.
El euro frente al dólar ¿dos formas de enfrentar la pandemia?
Mientras la “ultraliberal” EEUU ya ha aprobado y llevado a cabo varios gigantescos planes de estímulo público, llegando a mandar cheques directamente a sus ciudadanos, a la “socialdemócrata” Europa le está costando bastante más sacar adelante unas ayudas comparativamente más modestas, a pesar de que el peso del Estado en el PIB es en general mucho mayor al este que al oeste del Atlántico, y esto está teniendo un gran impacto en cómo se desempeñan tanto el dólar como el euro en el mercado del forex, un mercado en el que la moneda estadounidense no deja de perder valor a pesar de que a principios de la primavera del 2020 estuvo muy cerca de la cotización del euro, su gran competidora.
Es por estos cambios en la cotización de las divisas por lo que en brókeres como Plus500 el forex es un instrumento tan utilizado para invertir, que desde luego no desmerece al mercado de acciones o al mercado de materias primas, ya que la distinta forma en la que los Estados -dueños de las monedas que componen el forex- responden a momentos de crisis o de bonanza tiene un efecto evidente en la cotización de unas monedas con respecto a otras, y es en esa varianza en la cotización donde se mueven los inversores que se dedican al trading online de forex, que mediante posiciones apalancadas intentan obtener un beneficio, conociendo a la vez los riesgos que implica el propio apalancamiento.
De momento tanto en Europa como en los Estados Unidos se está consiguiendo esquivar una hiperinflación que algunos analistas -más o menos catastrofistas- preveían, dado el descomunal aumento de la masa monetaria, aunque habrá que ver si esto sigue así de aquí hasta la fecha en la que la crisis quede definitivamente atrás.