Sea con el paso del tiempo o por algún descuido con nuestra salud bucodental, en algún momento, podemos vernos en la necesidad de someternos a un procedimiento de prevención o tratamiento de cura de algún problema relacionado con nuestros dientes o la cavidad bucal.
Algunos tratamientos dentales
Dos de los tratamientos más habituales que se llevan a cabo en una clínica dental son las extracciones y los empastes dentales. Las extracciones son uno de los procedimientos más abrasivos de los dientes, ya que se realizan cuando el grado de lesión de la pieza dental es irrecuperable y la única opción es extraer la pieza para que no dañe a otros dientes, y provoque una infección generalizada. En muchas otras intervenciones, como la instalación de implantes, es necesario proceder en primer lugar con la extracción de las piezas enfermas.
En cuanto a los empastes dentales, se trata de un procedimiento odontológico que consiste en el rellenado del hueco ocasionado por una caries en un diente, y que se ha ampliado por parte de un especialista, que ha limpiado el interior del diente y lo ha vaciado para acabar con esta infección. El rellenado tiene como función, volver a establecer la fisionomía de la pieza dental intervenida, y evitar que se acumulen restos de comida que puedan provocar otros problemas posteriores.
Mencionamos anteriormente los implantes, tanto coronas como puentes son unos implantes dentales que se instalan en la boca de los pacientes que han perdido alguna pieza o que les ha sido extraída por su mal estado, con la intención de que no pierdan la fisionomía de su dentadura con funciones estáticas y, sobre todo, de masticación, e incluso dicción. Este procedimiento puede ser largo, ya que tras la extracción hay que esperar a que la encía cure; después se tiene que implantar una cabeza metálica sobre la cual se debe instalar el implante y esperar a que esta pieza sea integrada por el hueso de la mandíbula, lo cual puede tardar hasta 2 meses; y finalmente, se realiza la instalación de los implantes.
Otro de los tratamientos más habituales son las ortodoncias, una intervención que consiste en la instalación de unos mecanismos que mediante tensión de sus componentes corrigen la forma de los dientes desviados y recolocan los mismos para conseguir una dentadura alineada perfecta.
Aunque no todas las intervenciones se realizan con fines de curación, sino que también, hay otras operaciones como las limpiezas bucales, que son recomendables una vez al año para realizar una limpieza a fondo de nuestra dentadura y prevenir enfermedades o la acumulación de sarro.
Principales pautas de higiene bucodental
Muchas de estas pautas ya las conocemos, ya que son las ideas básicas de cuidado e higiene bucodental. Principalmente, hemos de cepillar nuestros dientes después de cada comida con un cepillo de dientes cuya dureza se adapte a nuestras necesidades y una pasta dentífrica con una composición testada y aprobada por especialistas.
Hay partes de nuestra boca a las que no llegamos con los cepillos de dientes, y por eso, también se recomienda realizar un enjuagado de boca con enjuague bucal al menos una vez al día.
Otros complementos de higiene dental, como cepillos interdentales o hilo dental, deben ser recomendados por nuestro dentista, ya que dependiendo de si padecemos algunas enfermedades de encías o dientes sensibles, puede que esto no sea muy aconsejable para nuestras piezas, así como también nos pueden aconsejar sobre usar un cepillo de dientes de fibras débiles, medias o duras.
Igualmente, se recomienda acudir a una clínica dental al menos una vez al año, para que un especialista pueda analizar la situación de nuestra boca, y así prevenir enfermedades o tratarlas a tiempo, y que así no lleguemos a puntos en los que esta situación pueda ser dolorosa y desagradable, o cuya solución sea más costosa o desagradable, de lo que sería intervenir a tiempo.