El ingles. Esa asignatura pendiente para tantos, mayores y no tan mayores. A muchos de nosotros se nos han resistido alguna vez las lecciones de inglés, con su pronunciación tan irregular y su ortografía tan diferente al español, tiende a dar un poco de miedo sobre todo a los que empiezan de cero. En este artículo trataremos de desmitificar algunos de esos aspectos que nos dejan reticentes a aprender este idioma tan necesario hoy en día.
La primera cosa que llama la atención al empezar a aprender inglés es que sus sustantivos no tienen género. Al contrario que en español, que tenemos nombres tanto masculinos como femeninos, como por ejemplo “la mesa” o “el celular”, en inglés no hacen distinción, todas sus palabras van precedidas del artículo “the”, como “the table” o “the cellphone”. Esto puede parecer un detalle sin importancia, ya que los hablantes de español crecimos conociendo ya el género de las palabras, pero aprender una nueva clasificación por género de las palabras en otro idioma como puede ser el francés, puede ser un verdadero quebradero de cabeza. Además, otros idiomas como el ruso o el alemán tienen hasta 3 artículos diferentes para sus palabras, añadiendo el neutro. Imagínense tener que memorizarlo todo.
Otra gran ventaja del inglés que suele pasar desapercibida es lo fácil de su gramática. No solo por su escasez de tiempos verbales, teniendo en cuenta la gran cantidad que tenemos en español, sino también por el hecho de que sus verbos apenas cambian al conjugarlos. La mayoría de verbos son regulares y para conjugarlos en presente permanecen igual salvo en la tercera persona, que añadiremos una “s”. Por otra parte, conjugar el pasado es aún más sencillo, basta con añadir “ed” en la mayoría de los casos, para todas las personas. Pero, ¿qué pasa con los verbos irregulares? Los verbos irregulares son difíciles en todas las lenguas. Por suerte en inglés la inmensa mayoría de verbos irregulares son los más usados, por lo que inevitablemente acabarás familiarizándote con ellos aunque no pongas mucho empeño. Además hoy en día con el internet ya no hay excusa, hay profesores nativos viviendo en México, así como un sinfín de maestros de inglés en línea.
Poco se habla de las grandes similitudes que existen entre el español y en inglés. Es un aspecto al que no prestamos mucha atención, ya que no es una lengua inteligible para nosotros, como lo pueden ser el portugués o el italiano. Sin embargo, tenemos un sinfín de términos en común. Esto no suele ser tan evidente por la diferencia de pronunciación, pero si prestamos atención a cómo están escritas las palabras veremos que vienen del mismo origen, como por ejemplo máquina y machine; suenan diferente pero se escriben muy parecido. Esto se debe a la influencia del latín en la lengua inglesa. Como seguramente sabes, el español, como otras lenguas latinas, proviene del latín, el idioma que hablaban los antiguos romanos. Cuando los romanos invadieron Inglaterra, dejaron en su tierra una gran cantidad de palabras. Siglos más tarde, los británicos recibirían una nueva ola de raíces latinas desde Francia. Por aquel entonces, el francés era la lengua de la cultura en Europa. La clase aristocrática inglesa era de origen francés también. Por ello, para términos complejos, herramientas que no tenían o conceptos legales, adoptaron una gran cantidad de palabras francesas. Por supuesto, el francés y el español son ambas lenguas latinas, por lo que al aproximarse al francés, inevitablemente se acercó también al castellano.
Lo último a añadir es la gran riqueza de recursos y oportunidades para aprender y repasar inglés. Casi todo el contenido extranjero que consumimos en México viene ya de Estados Unidos. Para conseguir una exposición de calidad al idioma inglés nos basta con prender los subtítulos.