Lograr el mayor rendimiento energético en el hogar, oficina, industria o comercio, no se trata simplemente de una mera moda altruista por mantener el medio ambiente, es una imperiosa necesidad que debería involucrar a todos, porque se trata, nada más y nada menos, que de la vida en la Tierra. Por eso, cualquier medida o acción que se tome en dicho sentido será relevante, por muy pequeña que pueda parecer, todos tenemos la responsabilidad.
Salvar el planeta no es solo una frase optimista llena de amor por la Tierra, es en realidad un mensaje claro en el que todos debemos involucrarnos, porque literalmente se trata de eso, salvarla de la destrucción a la que la hemos sometido, de los abusos que constantemente se cometen contra el planeta y de los desmanes que todos hacemos en perjuicio del medio ambiente.
Ya es hora de que la sociedad reaccione y comience a tomar medidas efectivas que vayan en favor de frenar el impacto ambiental y de lograr revertir la actual situación. Afortunadamente, el clamor por el planeta comienza a escucharse y muchos ya adelantan medidas efectivas en sus espacios, como la rehabilitación de edificios para adecuarlos y que sean más sostenibles, eficientes y consuman menos energía.
Este tipo de iniciativas son muy favorables para el planeta, por cuanto al disminuir el consumo energético se reduce la producción de electricidad, la cual, lamentablemente por el uso de los recursos naturales que se utilizan para generarla y los procesos involucrados, es uno de los mayores causantes del negativo impacto ambiental.
Pero rehabilitar un edificio no es cosa fácil, hay que considerar diversos factores y aspectos importantes para poder hacerlo, por lo que siempre es recomendable el asesoramiento de empresas especializadas que sepan lo que exactamente se puede y debe hacer.
Factores que involucran la rehabilitación
La rehabilitación energética de edificios busca mejorar la eficiencia y reducir el consumo de electricidad en los bienes inmuebles, para así contribuir un poco a disminuir el impacto ambiental que la sociedad moderna produce en perjuicio del planeta.
Entre los factores que están involucrados con la rehabilitación de los bienes inmuebles, resalta el rescate en sí de las infraestructuras, buscando alargar su vida útil para evitar su pronta demolición y construcción de nuevos edificios, acción que demanda mucha energía.
Los trabajos de rehabilitación incluyen el aislamiento térmico de los sistemas de climatización, tanto para frío como para calor, de forma que los aparatos trabajen lo mejor posible y consuman menos electricidad, lo cual no solo será beneficioso para la preservación del medio ambiente, sino también para el bolsillo, por cuanto las facturas por dicho concepto disminuirán sustancialmente.
El propósito fundamental de la rehabilitación energética, es lograr el mayor aislamiento térmico posible y el aprovechamiento máximo de las potencialidades del edificio, para alcanzar altos niveles de eficiencia energética que puedan llegar a reducir el consumo hasta en un 40% o más.
Además, al realizar trabajos de rehabilitación en las infraestructuras, éstas mejoran su aspecto y condición, y se revalorizan, lo cual es un aspecto adicional importante para los propietarios.
Funciones de la rehabilitación energética
Básicamente, con la rehabilitación energética de edificios se buscan tres mejoras fundamentales, que se describen a continuación:
- Mejora de la eficiencia térmica: se busca evitar que se escape la temperatura interior, para lo cual se sellan huecos, cerramientos y puentes térmicos, para evitar que la misma pueda escapar ocasionando que los equipos de climatización trabajen más y, en consecuencia, haya más gasto de energía.
- Mejoras en la iluminación: al darle más luminosidad natural a los ambientes, se evita durante el día el uso de lámparas, bombillas y demás dispositivos generadores de luz que consumen energía.
Sustitución de energía convencional por energía alternativa: la energía eléctrica, que es la más comúnmente usada en la sociedad, puede sustituirse fácilmente por otro tipo de energías menos perjudiciales para el medio ambiente, como por ejemplo, la biomasa y las alternativas geotérmicas, que ayudan a disminuir el impacto ambiental.