Cuando navegamos por internet, a veces llegamos a páginas web que nos hacen dudar de su legalidad. Algunos mensajes sospechosos, el contenido que se expone o la estructura que vemos pueden ser suficiente para detectar una web fraudulenta.
Todos pasamos más o menos tiempo en internet, en plataformas o en redes sociales. Ya sea a través del ordenador, la consola o con dispositivos portátiles; estamos expuestos a posibles ataques de malware. Si, además, en casa tienes solo fibra, estarás utilizando el teléfono móvil muy a menudo, así que es muy importante evitar cualquier problema.
5 consejos para reconocer una web sospechosa
Fíjate en el dominio
Lo primero que debemos hacer es cerciorarnos de que el protocolo y el cifrado de la web sean seguros. Esto te lo indica el inicio del dominio, ese HTTPS o HTTP. Si estamos en una web HTTP y no tiene el certificado correspondiente, podemos estar dejando al descubierto nuestra información.
También es importante seguir leyendo el resto del texto de la barra de direcciones. Algunas webs hacen uso del phishing para parecerse a las web más consultadas, y así robar datos sensibles.
Observa el diseño de la web
Aunque pensemos que no tiene importancia, la estructura y la apariencia de una web fraudulenta puede levantar sospechas. Los bloques de contenido nos ofrecerán algo de información, además de todos esos anuncios emergentes, clicks que lanzan ventanas inesperadas, enlaces sospechosos… No bajes la guardia.
Si se trata de una web a la que accedes normalmente y notas algunos cambios extraños, observa bien toda la página. Puede que se trate de una versión falsa para conseguir información personal.
Conoce más sobre el autor
Siempre que visites una web con cierta fiabilidad, encontrarás una sección en la que se explique la política de privacidad que se lleva a cabo. Ahí te informará, especialmente, de cómo usarán tus datos recogidos.
También es importante echar un vistazo al apartado “Quiénes somos”, pues muchas páginas sospechosas no lo tienen o dejan información incompleta. Siempre es mejor tener todos los datos sobre quién está detrás de una web.
Trabaja con herramientas de análisis
Más allá de lo que puedes conocer en la propia web, te invitamos a que hagas un análisis externo de la misma. La mayoría de antivirus más conocidos tienen estas funciones, así como otras páginas webs que se encargan de rastrear la seguridad de un portal.
De hecho, te recomendamos que mantengas siempre actualizados los antivirus de tus dispositivos. Cuando tengas alguna duda, podrás poner en marcha esta herramienta que te permitirá evitar ataques de terceros o descartar todas las sospechas.
Pregúntale a Google, siempre tiene la respuesta
Si, cuando hayas aplicado todos estos métodos, sigues pensando que puede tratarse de una página fraudulenta, echa mano del buscador de Google. Si estás ante una web ilegal, con fallas en su seguridad o cualquier problema, es muy probable que otro usuario ya lo haya vivido antes. Así, tendrás su experiencia contrastada y te evitarás sufrir tú los mismos inconvenientes.
Desde opiniones negativas hasta una reputación dudosa, todo lo vas a encontrar en Google. Si ves muchos comentarios que no dejan en buen lugar a la página web a la que querías acceder, ya sabes que debes tomar el camino contrario.