Hoy en día, la caldera de condensación es un dispositivo que está adquiriendo cada vez más popularidad dentro de los hogares y otros espacios. Se trata de una caldera de gas de alto rendimiento que se basa en el aprovechamiento del calor latente de la condensación que se encuentra presente en los humos de la combustión.
De esta manera, lo que la caldera de condensación hace es fabricar agua caliente a una temperatura que puede rondar los 50 grados aproximadamente, pero con emisiones sustancialmente reducidas de CO2. A continuación, vamos a contarte lo que debes saber sobre la caldera de condensación, cómo funciona y las diferencias respecto de otras alternativas.
El funcionamiento de la caldera de condensación
Para entender bien en qué consiste esta alternativa, es necesario conocer el funcionamiento caldera condensación. Como su nombre lo indica, el funcionamiento de estas calderas es a través de un proceso de condensación. La puesta en marcha del dispositivo genera dióxido de carbono y agua en estado gaseoso.
Cuando esto sucede, se condensa y el calor proviene de los gases de combustión, generando un tipo de energía que se conoce como “calor latente”. Al utilizarse un nivel considerablemente inferior de azufre que en las calderas convencionales, lo que la caldera de condensación permite es aprovechar la energía latente en el vapor de agua.
Las principales ventajas de la caldera de condensación
Teniendo en cuenta lo anterior, vamos a ver ahora las principales ventajas de instalar caldera de condensación. Hay que tener en cuenta que, desde el año 2015, se aprobó la normativa europea ErP, que lleva a la fabricación y comercialización únicamente de este tipo de dispositivos. Entre sus principales beneficios encontramos:
- Mayor eficiencia energética: estas calderas logran un rendimiento que ronda el 100%, recuperando el calor latente que las calderas convencionales no pueden. Además, consiguen un ahorro energético que puede rondar entre el 20% y el 30%.
- Menor contaminación: estas calderas reducen el número de gases contaminantes enviados a la atmósfera, como así también el consumo de gas. Se estima que las emisiones de nitrógeno y dióxido de carbono se reducen hasta en un 70%.
- Cómodas y silenciosas: finalmente, estas calderas funcionan sin paradas, lo que permite evitar los sonidos excesivos de encendido y apagado que pueden llegar a molestar.
Diferencias entre la caldera de condensación y las calderas a gas o termos eléctricos
Para terminar, vamos a contarte acerca de las diferencias caldera de condensación y termo eléctrico y respecto de las calderas a gas también. El termo eléctrico es un dispositivo que acumula en su interior una limitada cantidad de agua caliente disponible para el consumo. A diferencia de la caldera de condensación, el termo necesita acumular agua a la temperatura deseada, a la espera de ser utilizada, sin poder generarla de manera instantánea. Posteriormente a esto, el tiempo de recuperación del agua caliente puede oscilar entre 1 y 3 horas según el caso.
Por su parte, en el caso de los calentadores a gas convencionales, estos utilizan un sistema que hace pasar el agua fría de la red por un serpentín que se calienta a través de combustión de gas. Estos sí permiten agua caliente ilimitada, aunque esto va a depender de las capacidades de cada calentador en particular, debido a que sí existe un límite de producción de litros por minuto. Además, son alternativas sustancialmente más contaminantes que la caldera de condensación.