Los beneficios que prometen un vehículo eléctrico o cualquier otro tipo de movilidad eléctrica son muchos, pero posiblemente el más favorecido de su uso es el mundo y gracias a ello el medio ambiente puede superar un poco la crisis que está abordando en este momento.
Sin embargo, es importante indicar que, hasta el momento se ha visto la fabricación y uso posterior de un vehículo eléctrico, no es 100% libre de dañar el ambiente, debido a que en el procedimiento de fabricación se produce CO₂ que es expulsado al aire o inclusive la energía usada para cargar la batería en diferentes oportunidades no puede proceder de fuentes renovables, pero sí que los constructores están trabajando para mejorar este punto negativo, y se desea reducir al máximo el impacto ambiental.
Durante su uso no emiten CO₂ a la atmósfera
La emisión de CO₂ expulsado al aire, y de otros tipos de gases perjudiciales para la salud producidos por la combustión interna del motor, son en la actualidad uno de los inconvenientes más grandes a los que se desafía la humanidad, estos gases suelen impactar negativamente al ambiente y afecta directamente a la salud de las personas.
Como sabemos, el CO₂ es la sustancia que más ayuda al efecto invernadero, y esto genera que la radiación solar se detenga más cerca a la superficie terrestre, causando un calentamiento gradual. Una manera de impedir que estas emisiones de CO₂ estar en el uso de vehículos eléctricos, y es que su uso como tal no asume ningún tipo de efecto negativo al ambiente debido a que no producen ningún tipo de gases dañinos a la atmósfera ni al aire que respiramos.
Contaminación acústica
Se considera que la contaminación acústica, es el beneficio menos conocido, igualmente es un factor muy significativo que afecta a nuestro entorno y que debido al uso de automóviles eléctricos se consigue reducir drásticamente.
Posiblemente que has estado en una ciudad con miles de automóviles transitando por las calles, generando u sonido molesto y demasiado incómodo.
Por lo tanto, en los vehículos eléctricos, dicho ruido se elimina a su más pequeña expresión, y es que el fastidioso sonido inquebrantable de un motor de combustión es reemplazado por un leve silbido, casi imperceptible, por el motor eléctrico.
Es más, los vehículos eléctricos son tan silenciosos que Europa es obligatoria que emitan un eco cuando transitan a baja velocidad para anunciar de su presencia a los peatones y usuarios vulnerables de la vía.