La estrella de la muerte es una de las lunas del planeta Saturno. Con un diámetro de 395 km, es la más grande cercana al planeta. Su nombre oficial es Mimas, no obstante, fue apodada la estrella de la muerte por su parecido con la estación espacial imperial de Star Wars.
Los científicos creen que esta pequeña e inofensiva luna podría esconder un océano interno de líquido bajo el hielo, a unos 32 km de profundidad. Aunque es cierto que no hay indicios de agua en estado líquido, no obstante, el Southwest Research Institute, a través de una serie de simulaciones sostiene que en lo profundo de la capa de hielo hay agua en estado líquido.
La estrella de la muerte objeto de estudio
El reciente estudio fue publicado en la revista especializada New Scientist. Su autora principal Alyssa Rhoden sostiene que si colocamos a Mimas junto a un montón de otras lunas heladas, lo cierto es que la estrella de la muerte no sería algo llamativo. Parece ser una simple roca pequeña, fría y muerta.
La sonda espacial Cassini de la NASA, lanzada en 1997, comenzó con las primeras mediciones a Mimas en la década del 2000. Fue entonces cuando se insinuó que Mimas podría tener agua bajo su superficie helada. Los estudios realizados por Rhoden y su equipo de trabajo parecen confirmar dicha posibilidad gracias a los cálculos del calor interno de la luna.
Los investigadores sostienen que un océano dentro de la luna sería algo sorprendente, dada la falta de actividad geológica que es similar a la observada en otras lunas oceánicas como Encélado y Europa. El estudio de Mimas tendrá consecuencias importantes para la prevalecencia e identificación de los planetas oceánicos.
Las simulaciones arrojan resultados interesantes
Según los investigadores, la estrella de la muerte tiene los espesores sugeridos para tener océano y capa de hielo. En nuestro sistema solar hay muchos satélites helados, por ende, los investigadores sostienen que si Mimas es un mundo oceánico, cualquiera de las otras lunas también podría serlo.
Las investigaciones que tomaron como base los datos obtenidos previamente por Cassini estudian como el interior de la luna se estira y calienta por la gravedad de Saturno. El calentamiento del planeta es suficiente como para que la luna soporte un océano global de agua líquida hasta unos 32 km bajo la corteza de hielo. Las propiedades físicas de la estrella de la muerte sugieren que tiene un núcleo no hidrostático un océano líquido global bajo hielo.