El bienestar colectivo es una prioridad que toda sociedad debe tener en cuenta y, en este sentido, el tejido empresarial juega un papel de vital importancia. Todos y cada uno de los sectores del comercio deben adaptarse a las pautas que garantizan el cuidado del consumidor; siendo la seguridad alimentaria uno de los elementos más relevantes en la materia. Por lo tanto, si tu negocio forma parte de algunos de los procesos de producción, envasado, distribución o venta de alimentos, debes tener en cuenta cuál es la normativa vigente y cómo respetarla de manera diligente.
En qué consiste la seguridad alimentaria
Para entender lo que es la seguridad alimentaria, el primer paso es identificar los objetivos de este conjunto de leyes. Cada negocio puede abordar su cumplimiento desde diferentes prismas; por ejemplo, puede necesitar incorporar los procesos de seguridad alimentaria durante la producción de alimentos o, por otro lado, prepararse para las inspecciones de entes reguladores como la FDA. Hablamos de unos certificados clave para la puesta en marcha de negocios, como es el caso del FSSC 22000 o el BRC, y sin los cuales la actividad de la empresa sería totalmente ilegal.
Para cumplir con los requisitos correspondientes, lo más adecuado es contratar a un equipo que asuma la ejecución de los planes de seguridad alimentaria. Un trabajo para supervisar y formar a los empleados de la industria en aras de asegurar que todo se cumple a rajatabla. Siguiendo en esta línea, si involucramos a los trabajadores haremos que todos los miembros de la compañía remen en la misma dirección. En este punto, los cursos de repaso, la formación en la incorporación de nuevos empleados o las evaluaciones de dichos trabajadores son acciones de lo más acertadas.
Del mismo modo, conviene realizar auditorías periódicas para revisar que todo se está llevando a cabo como toca. Al hacerlas, no solo evitamos el riesgo de que una inspección de trabajo nos salga mal; sino que también establecemos una dinámica productiva de alto nivel, lo cual garantiza que no perdemos lotes enteros por errores en la seguridad alimentaria. Todo ello manteniendo una dinámica activa en lo relativo a la mejora, detectando los nuevos peligros que pongan en tela de juicio la seguridad alimentaria en cualquiera de las fases de producción o venta del producto.
Delega la seguridad alimentaria en programas informáticos
Teniendo en cuenta todo lo que te hemos contado hasta el momento, es menester realizar un pequeño repaso de las opciones que tenemos en la actualidad para optimizar la seguridad alimentaria. Hablamos de un punto clave en la viabilidad de cualquier empresa que participa en esta industria; por lo que delegar en softwares de última generación destaca como una de las mejores opciones disponibles. Una serie de herramientas que automatizan los procedimientos para que, de este modo, el negocio incremente radicalmente su productividad, rendimiento y, por supuesto, garantías de calidad.
Con un programa de calidad, se pueden aplicar de forma eficaz todos los procesos de seguridad alimentaria necesarios. El software encuentra los problemas de manera automática, registrando así todos los peligros que se estén dando en la cotidianidad corporativa -pudiendo incluso añadir fotos en cada registro-. Asimismo, la herramienta cuenta con un sistema de asignación de tareas para los empleados. Por lo tanto, cada problema capturado se le designa a un trabador que se pondrá de inmediato manos a la obra para hallar la solución adecuada.
Los recordatorios para cumplir con los plazos legales, como es el caso de las inspecciones de la FDA o el análisis de las tendencias en seguridad alimentaria de otras empresas son recursos extra que nos regalan estas maravillas de la tecnología. Recurrir a programas informáticos de calidad es sinónimo de pragmatismo, control y alto rendimiento; por lo que estamos hablando de una inversión que no tarda en repercutir positivamente tanto en los números del negocio, como en sus garantías de seguridad alimentaria. Un recurso clave para velar por el bienestar de todos los clientes.